De nuevo nos encontramos en Mataró, siguiendo una de las rutas hacia el exilio que tuvieron que hacer miles de republicanos españoles en la conocida como
“Marcha de la Retirada”,
Pas a Pas, Nom a Nom. Recuperant la Historia.
Ahora ante el Monumento a las Brigadas Internacionales, que la ciudad de Mataró erigió en honor y testimonio de todas aquellas personas que, desde diversos países del mundo, como Francia, Italia, Alemania, Polonia, Portugal, Austria, Suecia, Brasil, Estados Unidos de América, Canadá, Cuba, Uruguay, Bulgaria, Holanda, Inglaterra, Argentina, Argelia, Hungría, Estonia, recordamos que vinieron a combatir por la libertad, contra el fascismo que ya venía gestándose en Europa desde el año 1922, con la marcha sobre Roma.
Estos hombres de las Brigadas Internacionales, cuyos 51 nombres están inscritos en el monumento, llegaron a Mataró procedentes de la campaña de Aragón y de la batalla del Ebro, donde habían sido heridos.
Mataró se convirtió en ciudad de acogida. Se había instalado un hospital internacional, la Clínica Quirúrgica núm. 7, especializada en traumatismos. Los servicios sanitarios funcionaban autónomamente, fueron organizados por las Brigadas Internacionales, con personal médico y sanitario propio, así como el instrumental y las medicinas que se utilizaban, que llegaban del extranjero procedentes de donativos y de las múltiples campañas de solidaridad internacional. Hubo muchas pérdidas como consecuencia de las heridas sufridas.
También hubo espacio para la confraternización y el amor, como nos relata la obra "Una nueva primavera” del grupo de teatro La Voz Ahogada Projecte escènic, que nos narra la historia de la joven mataronesa María y el brigadista sueco Stig, que se encontraron en el Hospital de Mataró, ella como enfermera y el como conductor de ambulancia.
Este hospital de las Brigadas Internacionales también influyó en la vida de las gentes de Mataró. El propio hospital fundó una casa de acogida o guardería “Elieselott Hermann", que acogía 110 pequeños refugiados españoles, contó con el soporte del SRI de la UGT, del Comitè pro nens de Barcelona, de la caserna d’artilleria y del quarter general de Barcelona.
Entre abril de 1937 y enero de 1938, Mataró sufrió nueve bombardeos y ametrallamientos por parte de la aviación italiana y la legión Cóndor alemana, que tenían base en la Isla de Mallorca.
La Jefatura de Sanidad del Ejército de Tierra dirigía el “Hospital de Sang”, que atendía a soldados españoles. Durante el verano de 1938, estos hospitales funcionaron a todo rendimiento, acogieron muchos heridos y tuvieron que abrir fosas para acoger a la gran cantidad de fallecidos a causa de sus heridas. El goteo de muertes no paró de crecer hasta febrero de 1939.
Hoy, por segundo año, nos encontramos frente a este monumento, andaluces y catalanes, y también de otros lugares, para hacer presente nuestra historia pasada, como un ejercicio activo de defensa ante la desmemoria. Hoy como ayer, no dudamos en defender los valores que motivaron su compromiso, que los llevó a pagar un alto precio, como la vida, el exilio y el desarraigo por defender los principios más valiosos para el desarrollo de la humanidad.
En este escenario no podemos olvidar uno de los hechos de nuestra historia más trágicos y emotivos que nos hermanan. Cuando el “Ciudad de Barcelona”, barco incautado por la República hizo el trayecto Almería-Barcelona, el 16 de febrero de 1937, evacuando a 33.000 personas, mujeres, niños y ancianos procedentes de Málaga y refugiados en Almería, hasta el Muelle de Sant Feliu de Guíxols. Muchas de estas personas se repartirían por la provincia de Girona. Pero no todos llegaron en barco, hay un importante núcleo que fue alojado en Barcelona, en la montaña de Montjuic, en los pabellones de la que había sido sede de la Exposición Universal del año 1929. Llegarían desde Andalucía como consecuencia de la Desbandá alrededor de 15.000 personas.
Ese mismo barco, como recordamos cada año, meses después, el 29 de mayo de 1937, salía de Marsella camino a Barcelona. El 30 de mayo (domingo) tuvo un intento fallido de hundimiento frente a la playa de Lloret de Mar. En un segundo intento el “Ciudad de Barcelona” fue torpedeado por el submarino italiano Torricelli, al servicio de los golpistas, frente a la costa de Malgrat de Mar. El “Ciudad de Barcelona” ya había hecho otros viajes transportando brigadistas internacionales desde Marsella.
En este viaje no se conoce el número exacto de pasajeros, se estiman entre 280 o 312 personas, teniendo en cuenta que había una parte del pasaje que viajaba sin identificación por seguridad. Hoy sólo conocemos el nombre de 170 brigadistas. De los Brigadistas Internacionales Internacionales que murieron en el hundimiento se han identificado cuarenta y seis. Datos recogidos a partir del diario 'Llibertat' de Mataró y del diario 'ABC'.
Jack Freeman relató más tarde como desde el agua vieron sobre la cubierta del “Ciudad de Barcelona”, mientras este se hundía, jóvenes que habían quedado atrapados y no sabían nadar, cantaban La Internacional.
El “Ciudad de Barcelona”, en su último viaje iba cargado de aquellos jóvenes que creían que con la fuerza de la solidaridad internacional y su lucha podría ayudar a vencer a las tropas franquistas. Aquel torpedo auguraba un mal presagio.
La indignación entre la población por las agresiones que se estaban sufriendo por parte de otros países que colaboraban con el bando de Franco era grande, porque se veía claramente que la comunidad internacional no hacía nada para cumplir el compromiso de No intervención en el conflicto. .
El 2 de junio por la tarde, la CNT convocaba una protesta en Barcelona contra este ataque al ““Ciudad de Barcelona” y por la agresión de barcos y bombarderos alemanes sobre la ciudad de Almerías. La Vanguardia narra que se congregaron muchos grupos de gente en la Plaza Universidad y en la Plaza de Catalunya, conformando una manifestación que discurrió por la Calle Pelayo, hasta llegar a la Plaza de Sant Jaume para hacer entrega Lluís Companys, president de la Generalitat de Catalunya, de una lista de peticiones.
Jóvenes voluntarios del mundo que venían llamados por unos ideales antifascistas de justicia y solidaridad entre los pueblos, a combatir en una guerra injusta. Hoy a 28 km de Mataró, en el lugar del hundimiento frente a la playa de Malgrat de Mar, se alza un monumento en su recuerdo. Cada año, jóvenes de los centros educativos del municipio participan en la creación e instalación de unos rosetones con imágenes hechas por ellos, que nos explican la historia que vivieron que vivieron los Brigadistas. Una iniciativa que se enmarca en el proyecto Solidarity Park.
Hoy cuando el mundo persiste en la resolución de sus divergencias bombardeando pueblos enteros, invadiendo y destruyendo Gaza, es en este momento nuestro dolor más profundo. Porque es una guerra genocida, que viene gestándose hace largo tiempo, y en la cual tienen una responsabilidad imperdonable las potencias internacionales y Europa en su conjunto. Porque es el precio que pagó el pueblo de Palestina para que Europa tuviera una paz consensuada, y eso no podemos dejar de decirlo, alto y claro. Porque esa guerra es una guerra genocida: sobra el pueblo Palestino, con lo cual sobramos todas las mujeres y los hombres libres de este planeta.
Cuando nos encontramos con formaciones de extrema derecha de perfil claramente fascista . Cuando s e siguen amenazando los valores fundamentales sobres los cuales se tienen que construir las democracias: libertad, igualdad, justicia, derechos cívicos y sociales para todas las personas, vivan en Nueva York o vivan en Palestina, África o en cualquier pueblo del mundo. Cuando se quiere erradicar y reescribir las Leyes de Memoria, que nos han costado tanto de conseguir, nos reafirmamos en nuestro compromiso.
Por todo ello, saludamos con orgullo el gran trabajo que se está haciendo desde el Grup de Recerca de la Memoria Histórica de Mataró, gracias. Que trabaja para mantener vivos los itinerarios, espacios y vivencias que explican los hechos acaecidos en Mataró, mostrándonos su dimensión universal y los valores de esa generación de mujeres y hombres que dejaron la vida, sufrieron cárcel, emigración, exilio y persecución por defender los valores democráticos republicanos, antifascistas e internacionalistas, desde la dimensión que simbolizan las Brigadas Internacionales.
Como Vicepresidenta de la Amical de les Brigades Internacionals de Catalunya, en nombre de nuestra entidad, me llena de orgullo estar hoy aquí compartiendo estas palabras de reconocimiento y agradecimiento a la organización de la Desbandá y La Retirada, por perseverar en la memoria, facilitar la fraternidad de las personas y renovar nuestro compromiso colectivo.
Gracias,
Consol Hernández García
Mataró, 14 de abril de 2024
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