"Recuperant la història. Pas a Pas i nom a nom": Tercera marcha de La Retirada 'De Málaga a los Pirineos' a Mataró
El dia 2 d’abril la nostra Associació ha estat molt present al conjunt d’activitats que s’han fet a Mataró. Volem compartir el text i les imatges de la intervenció de Consol Hernández García, Vicepresidenta del Amical de les Brigades Internacionals de Catalunya davant del Monument a les Brigades Internacionales, i de l’edifici dels Salesians, que va ser hospital militar de les Brigades Internacionales durant la Guerra.

“Como cada año es un privilegio poder compartir con todas vosotras este pequeño homenaje a la memoria de los voluntarios y voluntarias de las Brigadas Internacionales.
También una responsabilidad, como vicepresidenta de l’Amical de las Brigadas Internacionales de Catalunya, en estos tiempos extraños donde observamos cada día la creciente amenaza (dictadores de diversa calaña y tecnócratas millonarios sin escrúpulos) que se cierne sobre los valores y principios democráticos.
La libertad y valores republicanos que motivaron a miles de personas muy jóvenes y de todo el mundo a venir a nuestras tierras asediadas por el fascismo y el nazismo en el año 1936.
Vaya igualmente mi agradecimiento al colectivo del Grup de Recerca de la Memòria Històrica de Mataró, por su gran y perseverante trabajo.
El sábado pasado marcaron un nuevo hito con la ruta de la memoria acompañando a 130 profesores y profesoras. La huella de los brigadistas y el hospital de Mataró estuvo muy presente.
Y un abrazo muy especial para Santi López, uno de los imprescindibles en la organización de esta etapa, y el recuerdo imborrable de su compañera y estimada Bego, que nos ha dejado recientemente.
Como dice nuestro lema. Hay que hacer camino, paso a paso y recuperando nombre a nombre la historia y la memoria.
Hoy estamos en un lugar de memoria muy singular, un espacio de memoria que contiene mucha cultura y conocimiento, y debe también generar reconocimiento.
Un lugar distinto al habitual del Cementerio dels Caputxins, donde reposan los restos de más de medio centenar de brigadistas.
A la solidaridad y generosidad de las personas voluntarias que vinieron aquí, hay que sumar su gran cualificación humana y profesional.
Vamos a poner algunos ejemplos con nombres y apellidos a los médicos y médicas, a las enfermeras y al personal sanitario que estuvieron aquí, en el hospital de Mataró.
El hospital de las brigadas internacionales que se alojó en este edificio de los salesianos. La clínica Quirúrgica número 7. Hospital Internacional.
Hablaremos, muy brevemente, de tres innovaciones, importantes avances en la sanidad militar asociada al objetivo de salvar vidas.
Hay que recordar que las ciudades españolas fueron escenario y campo de pruebas de las máquinas de matar del nazismo y del fascismo. También le llamaron innovación tecnológica.
La primera fueron los hospitales móviles, equipados con instrumental de quirófano para realizar intervenciones quirúrgicas. La sanidad republicana llegó a tener siete unidades.
El segundo fue el de la creación de los bancos de sangre, la mejora de las transfusiones sanguíneas. Facilitando su extracción, su conservación y su transporte (su movilidad) en los frentes de guerra. Frederic Durán Jordà en Barcelona y Norman Bethune en Madrid y en La carretera de la muerte de Málaga a Almería, como es conocido, desarrollaron esta técnica de los bancos de sangre móvil y las transfusiones en el frente.
El tercero tuvo que ver con el tratamiento sistematizado de las heridas de armas de fuego. Cuyas muertes no eran tanto por las heridas como por sus derivaciones letales: infecciones, tétanos y otras complicaciones gangrenosas. Los hospitales de campaña y equipos sanitarios en las proximidades a las primeras líneas de fuego, uniendo la limpieza quirúrgica y las curas oclusivas, y las técnicas de inmovilización pudieron salvar muchas vidas.
Un método de profilaxis y tratamiento de las infecciones y heridas de guerra que perfeccionó el doctor Josep Trueta Raspall, un catalán universal.
Hablemos brevemente del Hospital quirúrgico número 7. El de Mataró (en Cataluña se crearon seis más: Barcelona, Caldes de Montbui, Moià, S’Agaró, Vic y Santa Coloma de Farnés, este último como hospital de convalecencia).
Vinieron los mejores profesionales, y a estas personas debemos rendir nuestro reconocimiento citándolos con nombres y apellidos.
El comandante médico, búlgaro, doctor Konstantini Minkoff, escogió este lugar, los Salesianos, para instalar el hospital militar número 14 que pasaría a ser Clínica Quirúrgica número 7 del Ejército Popular.
Los heridos llegaban en tren, y eran trasladados en ambulancias y camiones o en tartanas de caballos desde la estación.
Este hospital era un hospital base especializado en traumatología. Popularmente se le conocía como “Los Lincolns” porque era gestionado por los voluntarios norteamericanos.
La sanidad internacional era de primerísima calidad para la época, según citan diferentes fuentes. Se aplicaron técnicas avanzadas que después se generalizarían durante la II Guerra Mundial. Y posteriormente en la vida civil.
En Mataró trabajaron los mejores médicos acreditados a nivel mundial. Como los doctores Eloesser, norteamericano, y el británico Tudor Hart.
En el Hospital de Mataró llegaron a ser identificadas 108 personas que en un momento u otro estuvieron aquí trabajando. Personal de 23 nacionalidades diferentes. 18 españoles, junto a la norteamericana, la más numerosa, con 16; la polaca con 12; 11 de Checoslovaquia; 9 alemanes, 7 austriacos, 6 franceses, e ingleses, letones, yugoslavos, además de algún canadiense, holandés, búlgaro, albanés o portugués, entre otras sin especificar.
Debemos citar al primer director del hospital: El Doctor Leon Samet, polaco, que fue sucedido por el doctor Sidney Vogel de 34 años, miembro del partido comunista de los Estados Unidos.
Alexander Tudor Hart, inglés, políglota de 37 años, una eminencia en la especialidad de traumatología. Vino a España por sus ideas comunistas. Llegó desde Murcia a Mataró con un camión descubierto y repleto de heridos.
El doctor Leo Eloesser, norteamericano, de 56 años, mundialmente conocido por sus innovaciones en cirugía torácica. Presidente de la Sociedad Americana de Cirugía Torácica y profesor en la Universidad de Stanford de California. Fue repatriado a finales de 1938.
En su equipo estuvo trabajando como cirujana la doctora Fritzi Brauner. Médica internista ingresó en las Brigadas Internacionales en enero de 1937. Reconocida y felicitada por el doctor Telge, el jefe de la sanidad internacional.
Otras doctoras y médicos fueron la teniente Rosa Coutelle, de 31 años. Checoslovaca, que vino directamente de Praga a Murcia y llegó en abril de 1938 a Mataró.
El alemán Karl Coutelle, de 30 años, exiliado en Suiza, también llegó a Murcia y después a Mataró.
El húngaro John Kiszely, experto en atender a los heridos de ataques de gas. Vino a España en el febrero de 1937, atendió a Gerda Taro, fotoperiodista, antes de morir, de forma trágica, en la batalla de Brunete.
El doctor Walter Blank, de origen alemán, de 49 años, jefe de los servicios radiológicos…
No olvidemos a las enfermeras, de diferentes nacionalidades, competentes y capacitadas. Inglesas, norteamericanas, australianas, neozelandesas, como: Hanna Boheme, Emmy Doerfel, Mabel Irene Golding, May Levine, Doroty Low, Lisa Namiot, Rorothy Rutter, Agnes Vassi, y así hasta 27 nombres.
Veinte eran extranjeras, siete eran españolas. Entre ellas las enfermeras tituladas: Guadalupe García Ramos, María López Rodríguez y Modesta Maroto.
La mataronina Maria Sans Moyà, tenía 18 años, y era de la JSUC, trabajó como ayudante de enfermera en la sala número 20 donde estaba un brigadista norteamericano amigo de Ernest Hemingway, que se dice fue la que inspiró el personaje protagonista de la novela “Por quién doblan las campanas”.
Hablemos finalmente de los pacientes. Se llegaron a contar 569. El más numeroso fue el de los franceses, seguido de los polacos, italianos, norteamericanos, alemanes, austriacos, e ingleses. En los meses de agosto y septiembre de 1938, en plena batalla del Ebro, este hospital estuvo a plena ocupación.
Josep Xaubet, historiador de este hospital, en el recorrido que hizo el pasado sábado junto al grupo de profesores y profesoras, afirmaba “que durante un año llegaron a pasar entre 600 y 700 heridos. Además del personal médico. Más de un millar de brigadistas pasaron por aquí. “
Son algunas de las historias que merecen ser rescatadas del olvido.
Josep Xaubet, el historiador antes citado y autor de un trabajo magnífico presentado en el año 2017, “La Sanidad de las Brigadas Internacionales en el Hospital de Mataró”, concluye: “Los médicos y médicas, enfermeras y todo el personal sanitario, voluntarios en las brigadas internacionales por idealismo, solidaridad, motivaciones antifascistas y por sus elevados sentimientos humanitarios y filantrópicos, mostraron ser valerosos y profesionales en el comportamiento de su deber. Son un ejemplo de abnegación y del sacrificio que caracterizaron a los hombres y mujeres de los servicios médicos de las Brigadas Internacionales“.
MERECEN SER RECORDADOS.
¡HONOR Y GLORIA A LAS MUJERES Y A LOS HOMBRES
DE LAS BRIGADAS INTERNACJONALES!
Queridas compañeras, camaradas,
El próximo fin de semana estaremos en Les Terres del Segre, para reivindicar la memoria de los voluntarios poloneses y de las brigadas internacionales que cayeron durante la batalla del Segre, una resistencia vital para facilitar la evacuación y la retirada de la población amenazada por el Ejército sublevado hasta la frontera pirenaica.
Salud y fraternidad para continuar con esta marcha de la Retirada y coraje para preservar la memoria de los voluntarios internacionalistas.
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